Las marcas de relojes de lujo tuvieron un desempeño de ventas excepcional en 2022. Las exportaciones de relojes suizos alcanzaron un máximo histórico de 21.630 millones de euros. Pese a ello, la amenaza del reloj inteligente para la lujosa relojería mecánica y la de cuarzo, considerada gama media, está latente. En el pasado año, los relojes inteligentes han experimentado un crecimiento de ventas a un ritmo que casi alcanza el 30%.

Las marcas de lujo como Rolex, Cartier, Patek Philippe y otras tradicionales europeas lideran los rankings de montos de ventas de los relojes tradicionales. Sin embargo, la industria cambia en el segmento de relojes inteligentes. El último informe publicado por Counterpoint Research reportó que Apple ejerce una hegemonía en el sector de los relojes inteligentes, con ventas que representan el 50,6% del total de relojes inteligentes premium a nivel mundial. Samsung, con un 22,3%, se encuentra por encima de Amazfit, Huawei, entre otros. ¿Representa esto una amenaza?

La estrategia de los relojes suizos y de lujo parece ser tan inteligente como la de los smartwatches. Los expertos delinean una distinción crucial entre los consumidores de relojes inteligentes y los amantes de los clásicos. Los primeros buscan funcionalidades digitales y servicios específicos, mientras que los segundos valoran la artesanía, el diseño y el rendimiento técnico.

Resulta imperativo destacar las decisiones estratégicas que trazan la senda de las empresas. Apple, por ejemplo, no siendo el precursor en relojes inteligentes, ha demostrado un enfoque calculado en la introducción del Apple Watch, reflejando su aguda evaluación de oportunidades y adaptación a las necesidades del mercado. Esta estrategia, respaldada por un meticuloso análisis de demanda y viabilidad, ha solidificado el dominio de Apple en este vertiginoso campo tecnológico.

Ampliando el panorama, la producción y manufactura han adquirido un rol protagónico en el tejido empresarial global. La externalización de la producción hacia países como China responde a las complejidades logísticas y económicas de la era contemporánea. Sin embargo, es esencial reconocer que esta elección no está exenta de indicaciones, desde aspectos financieros hasta las consideraciones políticas.

En este contexto, la industria relojera suiza brilla como un ejemplo notable de adaptación. Su enfoque en la creación de relojes de lujo como símbolos de estatus y exclusividad ha demostrado ser una estrategia sólida. A través de esta perspectiva, la industria suiza ha mantenido su posición en el mercado, demostrando que la apreciación por la artesanía y la exclusividad trasciende los vaivenes tecnológicos.

Las empresas suizas comenzaron a fabricar relojes que pocas personas pueden pagar como símbolo de estatus y poder adquisitivo elevado. Un ejemplo claro de ello lo vemos en el Apple Watch Ultra, el reloj más caro de Apple que tiene un precio de 1.000 euros, mientras que el reloj medio de la industria suiza tiene un precio de 100.000 euros, con unos márgenes de beneficio increíbles.

Los suizos se han beneficiado de la demanda y el nuevo interés de los relojes mecánicos en contraposición a los relojes inteligentes actuales, y revelan una narrativa cautivadora. La fusión distintiva de tradición y tecnología traza un sendero prometedor hacia el futuro, donde la industria relojera suiza continúa siendo de excelencia en un mundo en constante transformación y con más conocimiento de su comprador, que busca distinguirse.