Recientemente, Deloitte publicó la duodécima edición Estudio Global del Consumidor Automotriz 2021, realizado en más de 24 mil consumidores de 23 países para identificar tendencias y preferencias respecto a los vehículos eléctricos (EV, por sus siglas inglés), la experiencia y forma de compra, financiamiento, entre otras variables.
La investigación reporta que, en el corto plazo, hay más dudas que certezas en el consumidor online respecto a los eléctricos. La intención de comprar un vehículo de gasolina o diésel se ha aumentado, debido a que la tecnología en ese tipo de medios de transporte es más asequible y comprobada (p. ej., en Estados Unidos, un 74% estaría a favor de adquirir un vehículo a gasolina). La mayoría manifiesta una preocupación por la autonomía (el kilometraje que puedan cubrir) y por la falta de infraestructura adecuada para abastecer estos vehículos.
En nuestro país, la realidad no es distinta. Un estudio reciente de EY, a pedido de la Asociación de Automóviles del Perú, proyectó que, al 2030, la presencia de vehículos eléctricos en el parque automotor solo alcanzaría el 5%. A la par de la tendencia global, en el Perú también es una preocupación la falta de infraestructura apropiada para la recarga de baterías.
Dudas en la experiencia de compra online
Por otro lado, pese al crecimiento global del consumo online, el sector automotriz experimenta una particularidad: todavía hay una prevalencia de la compra presencial de este tipo de bienes. Se prefiere la relación directa con el vendedor, la experiencia de cara al vehículo, la construcción de la relación con la marca, entre otros factores clave. Por ejemplo; en Estados Unidos, el 75% de los consumidores alegaron que necesitan ver el vehículo antes de comprarlo; y en países como India y Japón, el consumidor automotriz no se siente cómodo comprando online (42% y 41%, respectivamente).
En cuanto al financiamiento, los aplazamientos de pago de vehículos también están generando cierta preocupación en todo el mundo. El consumidor estadounidense más joven mostró más del doble de posibilidades de retrasar sus pagos, como uno de los hallazgos más significativos proyectados en el estudio.