En la actualidad, la carencia de un sistema integrado de transporte en la capital supone un riesgo para la salud y seguridad de los ciudadanos, pero, aunque pareciera un asunto del futuro, la innovación aplicada a la movilidad urbana permitiría garantizar una buena calidad de vida, además de una ciudad sostenible y ordenada.
Nos encontramos en una época de convergencia tecnológica en el transporte urbano y los grandes retos de planificación y desarrollo serán en torno a tres grandes tendencias que permitirán idear un sistema inteligente de transporte:
Así, en la universidad de Columbia en EE.UU., recientemente realizó un estudio en Manhattan en el que llegó a la conclusión que solo con 10,000 taxis que cumplan con los dos criterios principales, ser autónomos y compartidos, solucionarían el problema de transporte de la ciudad.
Muchas veces esperamos que las alianzas público-privadas se encarguen de dar solución al problema del tráfico. Sin embargo, las ciudades más desarrolladas nos han demostrado que el efecto multiactor unido al desarrollo tecnológico es el que ha convertido a la movilidad en un eje de acción central en la agenda pública.
Si bien, la convergencia en América Latina tomará más tiempo, esta ya se viene incorporando lentamente y existe mucho potencial que podría acelerar aún más el ingreso de estos sistemas inteligentes de transporte. Como ya ha sucedido en ciudades como Bogotá y Sao Paulo que tienen flotas de buses híbridos en funcionamiento.