- En enero de 2023, las exportaciones totales en Perú cayeron un 11.1% respecto al mismo periodo del año anterior.
- De la región, el panorama de las exportaciones para México y el Caribe es prometedor respecto a otros países, según el BID.
Ante los ajustes de las distintas proyecciones de crecimiento económico peruano para este año (BCR lo redujo a 2,6% en marzo) es bueno entender las estimaciones y el panorama comercial de América Latina y el mundo en un año que parece estar marcado por una recesión global y los rezagos económicos de la guerra entre Rusia y Ucrania. Según un reciente informe del BID, las exportaciones de América Latina y el Caribe entraron en una fase de desaceleración el año pasado, tras la recuperación de la pandemia. Sin embargo, el valor de las exportaciones de bienes, en la región aumentó un 18.8% en 2022. Ello responde a la mejora de precios de la exportación en un contexto de desaceleración del crecimiento de volúmenes.
El incremento en los precios de exportación sostuvo el desempeño de las ventas externas y los volúmenes se desaceleraron en la región. Sudamérica y Centroamérica gozaron de un impulso gracias al comercio intrarregional ante el impacto de la Guerra de Ucrania, lo que motivó a un intercambio comercial más dinámico. Sin embargo, en México y el Caribe el crecimiento lo aceleró la demanda de EE.UU. Hoy en día, la demanda real no solo dependería de los precios de las materias primas, que presentan un comportamiento hacia la baja, sino también de la desaceleración de la economía mundial.
En nuestro país, las exportaciones totales sumaron US$ 4710 millones en enero. Esto representa un 11.1% menos con respecto al 2022. El panorama no se recuperaría rápidamente si consideramos el impacto de los fenómenos climatológicos en varias zonas del país. “En enero, las exportaciones mineras reportaron ingresos por US$ 2473 millones de dólares, lo que representa una caída del 19,8% respecto al mismo periodo del 2021, según la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía. Eso evidencia que la tendencia a la baja de las principales exportaciones de nuestra balanza comercial, que se vieron influidas por las políticas sanitarias impuestas por China y la conflictividad social, entre otros factores. Su recuperación no es clara en el corto plazo”, señala Willard Manrique, especialista en gestión comercial y profesor del PAD, Escuela de Dirección.
El BID también advierte que, en Sudamérica, Argentina, Chile y Paraguay registraron contracciones en las cantidades exportadas (–2,0%, –1,9%, y –19,6%, respectivamente); mientras que Brasil y Colombia las expandieron levemente (3,4% y 2,5%). Las excepciones son Uruguay y Venezuela, donde las exportaciones reales crecieron muy por encima del promedio (17,3% y 22,2%). Por otro lado, México y el Caribe tienen un comportamiento creciente y acelerado, con cifras de casi el doble del 2021 (19,5% y 38% respectivamente), gracias al impulso comercial de EE.UU.
Comercio intrarregional
Ante la falta de recursos básicos del exterior (soya, petróleo, azúcar, entre otros) y la menor demanda de exportaciones a aliados estratégicos, como resultado del conflicto armado en Europa, los mercados sudamericanos han empezado a abastecer mercados cercanos. Es así como aparece el comercio intrarregional, una estrategia de supervivencia que está manteniendo a los mercados de la región con flujos activos y ha ayudado a balancear las pérdidas.
“Si bien esta medida ayuda a contrarrestar la recesión que viene en camino, para lograr una recuperación económica completa, es fundamental revertir la tendencia de debilidad en los mercados internos de la región”, añade Manrique.
Asimismo, el especialista del PAD enfatiza la necesidad de implementar reformas e inversiones que impulsen la competitividad en los mercados externos. “El éxito económico de la región en su totalidad depende del comportamiento de la demanda de sus socios comerciales más importantes, incluyendo Estados Unidos, China y Europa. Sin embargo, las proyecciones de crecimiento son inciertas debido a diversos factores, como la influencia de la guerra en Ucrania, la inflación creciente, políticas monetarias restrictivas y nuevos brotes de COVID-19, especialmente en China”, sostiene.