El impacto demográfico global en el consumo

Es importante entender que no solo la pandemia y la situación económica vienen generando cambios en el consumo global. Debemos observar cómo las tendencias demográficas impactarán en los mercados que atendemos para ajustar nuestra propuesta de valor, en el largo plazo. Dentro de las muchas, podemos enfocarnos en la mayor esperanza de vida y un incremento de la participación femenina en el consumo.  

La población mundial está creciendo a suritmo anual más lento desde 1950, por debajo del 1% en 2020. La tasa de natalidad se reduce no sólo en Europa y EE.UU. desde hace algunos años, sino que también en Latinoamérica. En el Perú ha disminuido de forma consecutiva desde el 2012, según RENIEC. 

Aunque su impacto sea a largo plazo, existirán más consumidores mayores de 60 años y menos compradores jóvenes. Como lo analiza Mauro Guillén, Decano de la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de Cambridge, al 2030, los adultos mayores de 60 años serán el segmento de mercado más importante, en la mayoría de países. Precisa que será un público con tal poder adquisitivo que podría alcanzar el 25% del consumo total. Se estima que la proporción de la población mundial de 65 años y más aumentará del 10% (2022) al 16%, en 2050.  

Tanto la tasa de la natalidad y la de esperanza de vida cambiarán el mercado del trabajo y el educativo. A los 40 años, las personas se darán cuenta que lo que aprendieron en su tiempo ya no les será útil en el mercado laboral, lo cual cambiaría -por ejemplo- la oferta educativa. 

Actualmente, según la Organización Mundial de la Salud  la esperanza de vida media mundial se sitúa en 69,8 años para los hombres y 74,2 para las mujeres. Este último dato aporta la relevancia del segmento femenino para el consumo.  

Como analiza Guillén, las mujeres tienen un comportamiento de consumo diferente en las distintas fases de su vida. Tienden a invertir en servicios esenciales de mayor valor como la educación, atención médica y seguros, entre otros. Además, sus gastos consideran a otros miembros de la familia: hijos, padres y nietos.  Su comportamiento de ahorro, a diferencia del masculino, se da al inicio de las etapas de la vida, con la finalidad de afrontar los gastos en el futuro.  

Desde la gestión empresarial nos corresponde identificar qué tendencias impactarán a nuestras industrias para anticiparnos y aprovechar las oportunidades que nos brinden.