De acuerdo con una investigación realizada por Ipsos Perú, para 7,9 millones de peruanos millennials (es decir, de entre 23 y 37 años), resulta fundamental resolver las actividades cotidianas con el teléfono móvil, por ello, las empresas locales vienen trabajando en diversas estrategias que permitan adaptarse a las preferencias de esta población.
Y es que este segmento joven, con una tendencia de ingresos creciente, representa al 21% de nuestra población, por lo que las empresas peruanas han puesto el foco en ellos y los ha motivado a pensar de qué manera atraerlos, en la medida de lo posible, pues son clientes que se mantienen informados y, ante la primera oferta o novedad de la competencia, no dudarán en probarla.
Así, en este proceso de adaptación para la empresa, es importante reconocer en primer lugar si la compañía resulta atractiva para los jóvenes, pues si no es percibida como un lugar en el que les gustaría trabajar, tendrá un primer problema de conexión con ellos. Las buenas prácticas empresariales ya no sólo impactan en el público interno, sino que son muy observadas por los consumidores para tomar una decisión de compra.
Según el estudio en mención, el 72% de los millennials peruanos trata de comprar productos de marcas que actúan responsablemente, mientras que un 79% considera importante que estas marcas tengan una contribución positiva en la sociedad.
Y no solo eso, las empresas deben considerar que están apostando por un público que se encuentra conectado a diferentes plataformas de las que recibe información, ya sea desde su televisor, smartphone, tablet, laptop, publicidad exterior, radio, cine y diarios; por ello, el pensar en una estrategia de acercamiento exitosa debe ser ideada para ser multiplataforma.
Nunca un consumidor había tenido a la mano tantas herramientas para monitorear el trabajo de una empresa, por ello antes de ofrecer sus productos o servicios, deben estudiarlos, conocer no solo lo que les gusta, sino lo que hacen y cómo lo hacen para lograr impactarlos con estrategias dirigidas y diferentes pues si el millennial identifica su mensaje como publicidad, la tomará como invasiva y probablemente no llegue si quiera a ser leída.